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lunes, 4 de enero de 2016

Alfredo Araujo Santoyo: El discreto encanto de la fantasía


El pintor y escultor colombiano Alfredo Araújo Santoyo, en una entrevista exclusiva, se refirió a la dimensión erótica de su obra y reflexiona sobre los límites entre lo sensual y lo pornográfico. 

Por Lic. Camila Reveco
camilareveco.mza@gmail.com 
Argentina

El arte es inherente a la condición humana; el erotismo y la fantasía también. La obra del artista plástico colombiano Alfredo Araújo Santoyo contiene los dos elementos. “La frontera del erotismo es justamente uno de los temas que estoy estudiando actualmente con mayor interés”, comenta el pintor, nacido el 6 de noviembre de 1972. 

En su trabajo hay un imaginario de posibilidades excesivas de la vida sensual de hombres y mujeres, sugeridas por medio del erotismo y representadas a través de cuerpos -o torsos- en determinadas posturas, construyendo un mensaje en el que reina el deseo, el delirio y el placer. 

Pero las connotaciones que el espectador le puede otorgar a su obra son infinitas... y por sobre todo personales. El artista explica en esta nota que su interés por el desnudo “se basó siempre en la búsqueda de quién o qué somos, más allá de las convenciones socioculturales que nos esconden o constituyen nuestra apariencia social”. 

Alfredo Araújo Santoyo se formó principalmente en la Academia de Bellas Artes de Bruselas (Bélgica) y allí tuvo el privilegio de estudiar con grandes artistas a lo largo de diez años. Hizo una maestría y se especializó en escultura, cerámica y dibujo. Más tarde, y en búsqueda de aún más respaldo técnico, siguió perfeccionándose en pintura y técnicas pictóricas. Aprovechó al máximo su estancia en Europa para compartir ese conocimiento en su Colombia natal, por eso hace veinte años se radicó en Bogotá donde ejerce la docencia y tiene alumnos de varias partes de mundo que lo visitan para estudiar en su atelier: “Todo es trabajo, práctica y estudio, de una u otra forma, eso constituye un “talento” o una “facilidad”, resume.





-¿Hubo alguna circunstancia detonante por la cual empezó a dibujar y pintar?
-Según  la típica mitología familiar que se desarrolla a partir de las fantasías de las abuelas, profusamente alimentada por los tíos exagerados, y rápidamente asimilada por el consenso general, en mi casa se dice que yo nací pintando. Otras versionas afirman que nací esculpiendo (en plastilina) y algunos más afirman que ya en el hospital me pusieron pinceles en la cuna. El caso es que en realidad, no puedo decir con certeza cuando o como empecé a incursionar en el campo de las artes plásticas. Mi madre estudió Arte en una prestigiosa universidad de Bogotá, mi padre estudió música además de administración de empresas porque lo correcto era que fuese una persona seria y no un artista-hippie-medio-loco-muerto-de-hambre, que desde mi nacimiento aportaron un medio lleno de arte para que yo creciera y plagado de ejemplos para que yo imitara, así que el hecho de que como buen primate yo imitara a mi madre y tratara de pintar era apenas Darwiniano. 
"Evidentemente, si el niño entonces pinta o juega con plastilina, siendo hijo de artistas y sobrino de otro pintor famoso, era claro que el mocoso no podía ser abogado. Me fueron festejadas todas mis gracias plásticas, motivándome cada vez más a repetirlas para conseguir más atención, imagino yo, llevándome a quedarme dentro de ese universo de por vida". 

-¿Siempre tuvo “facilidad” para el dibujo?
-Siempre he tenido dificultades con eso de “tener facilidad” o “tener talento” porque no creo que el arte sea algo innato o un don específico inyectado por alguna deidad en el neonato y que lo predetermine de alguna forma. Creo que todos nacemos con las mismas neuronas y el mismo potencial, a menos que haya un deterioro previo de la corteza cerebral por enfermedades o problemas en la gestación o abusos de sustancias, o aun dificultades a la hora del nacimiento. Creo que son los estímulos del medio en el que crecemos y los que aportan nuestros padres y familiares los que determinan cómo esas conexiones cerebrales se establecen y de ahí cuáles supuestas predisposiciones se adquieren. De ahí en adelante todo es trabajo, practica y estudio, de una u otra forma, lo que constituye un “talento” o una “facilidad”. En mi caso entonces, es claro que crecí en un medio donde me fue facilitado, guiado, estimulado y tal vez hasta cierto punto exigido un desempeño y desarrollo constante para orgullo de toda mi familia, lo que llevara a que mis capacidades en los campos plásticos y creativos rápidamente superaran las de la gran mayoría de niños de mi edad.





-Usted es reconocido por su trabajo, pero a lo largo de la historia del arte son muchos los casos de artistas que no se enteraron de lo que iban a significar luego; vivieron en el anonimato y pasaron todo tipo de penurias.
-Son algunos muy conocidos los artistas que han alcanzado gran renombre y prestigio después de su muerte y uno muy famoso que lo logró casi cien años después, que es Van Gogh.  Son muchos más los artistas que hoy día son famosos, que lo alcanzaron durante su vida y a lo largo de su carrera conquistando su lugar en su sociedad y su entorno antes que el de las páginas de los libros. Otros tantos llegaron a las páginas de la historia por haber alcanzado fama y renombre muy pronto, demostrando su grandeza y enorme habilidad desde edades tempranas como Miguel Ángel o Leonardo, pero son muchos más los que a pesar de haber alcanzado algún reconocimiento durante su carrera, fueron olvidados por el tiempo y se extraviaron del recuento histórico. Teniendo esto en consideración, cualquier reconocimiento temporal o medianamente local que uno como artista pueda recibir significa realmente muy poco, ya que es el tiempo y la historia quienes determinarán si el trabajo que uno realizó tiene o no alguna relevancia. 

- Entonces ¿qué significa para usted el “éxito”?
-Para mí el “éxito” es algo tan sumamente relativo, y más en el terreno de la plástica, donde podemos ser “famosos desconocidos”, porque la fama que alcanza un artista plástico es dentro de grupos sociales muy reducidos, en comparación, por ejemplo, con un Michael Jackson o incluso con un Jean Paul Sartre. En lo personal no mido el tema basándome en la adulación del público, sino más en la armonía de mi familia y en el florecimiento de mis hijos como las bellas personas en que se van convirtiendo día a día. Por lo demás, la decisión del valor de lo que yo hago, no seré yo quien la determine, así que de nada serviría preocuparme del tema.



-¿Sintió en algún momento de su carrera el rechazo?
-¡Pienso que es justamente el rechazo lo que nos hace artistas! Algún rechazo, alguna dificultad, algún trauma tal vez, algo, lo que sea… Algo hay -o tiene que haber- en la historia del individuo-artista que lo hace buscar una manera de expresarse a través de algún arte para alcanzar alguna forma de aceptación, o que lo lleve a incursionar en estos medios tratando de escudriñar alguna respuesta que plaque su espíritu,  aun cuando el artista tal vez nunca sea consciente de ello. Usualmente parecen ser motivaciones inconscientes las que nos llevan a desarrollarnos dentro de los campos artísticos. Podemos identificar algunas cosas a lo largo de nuestras vidas, pero probablemente sean siempre cabezas de icebergs ocultos dentro de nuestra memoria ilegible. ¿Rechazos con respecto a mi obra o mi temática, o mi oficio, o mi manera de ser o vestir? Ha habido muchos como también aceptaciones.

-Se habla de un retorno a la pintura clásica y se ven excelentes pintores contemporáneos ¿lo ve así?
-Yo no estoy seguro de que haya realmente algún tipo de retorno porque de hecho jamás se ha ido. Simplemente creo que se han abierto otros caminos artísticos tan válidos los unos como los otros. Lo que sí pienso, es que el arte no puede ya limitarse a un oficio puramente artesanal, plástico y aparente, sin un trasfondo estructurado o un pensamiento conceptual que lo avale. Para mí la obra que se basa solamente en la representación plástica no es más que una artesanía pero no es arte.



-¿Cuáles serían, para usted, las características de una buena pintura?
-Depende del propósito de la misma o del fundamento teórico-conceptual desde el cual haya sido elaborada. Diría, como frecuentemente les expreso a mis estudiantes, que el único pecado real que existe en el arte es la falta de decisión o de contundencia en la postura del artista, y obviamente de la obra misma. 


"Sea lo que sea lo que uno quiera hacer, para que funcione, hay que hacerlo con carácter y con decisión, con profunda convicción y poniendo toda el alma en ello. Si esto se logra la obra será buena y honesta". 

-Sus desnudos son eróticos y sensuales ¿siempre fueron temas que le interesaron explorar?
-¡Ah como me gusta esta pregunta! A priori te respondería que los desnudos son solamente desnudos. La dimensión de erotismo y sensualidad que el espectador percibe o no en ellos proviene de sí mismo y de su interpretación de la imagen que contempla, mas no es el cuadro quien la dicta. Siempre he defendido que la obra de arte, y más específicamente la bidimensional (dibujo, pintura, fotografía u otros) es una especie de ventana, que abre hacia el inmenso paisaje subconsciente de quien la observa: en realidad si hablamos de una pintura, lo que hay sobre el lienzo es una serie de pigmentos aglutinados con alguna clase de adhesivo, en matices y valores tonales variados. En realidad la pintura en si no “representa” nada, y es el espectador quien asocia y nombra las relaciones cromáticas  que percibe con sus “archivos mentales” para encontrarle sentido a la obra que observa. 


"La dimensión erótica comenzó a ser un ingrediente que llamó mi atención dentro de mi campo de estudio". 

Ahora la analizo como componente fundamental de la construcción de identidad (identidad de género y construcción de autoestima y personalidad) y de afirmación relacional.

-¿El público cómo reacciona frente a su trabajo?
- He oído personas debatiendo sobre el carácter violento-pasional de algún rojo en uno u otro de mis cuadros, especulando sobre la tortuosa vida que debía padecer yo en el momento de la creación, cuando  realmente la única razón para dicho rojo pudo haber sido el hecho de haberlo encontrado de primero en el cajón de los oleos, o la decisión estrictamente matemática de la escogencia de una gama armónica con complementarios divididos donde el dominante fuera justamente el color en cuestión. 


"Mi interés por el desnudo se basó siempre en  la búsqueda de quien o que somos, más allá de las convenciones socioculturales que nos esconden o constituyen nuestra apariencia social, y en ese sentido, la ropa es el principal elemento que enmarca la “imagen” humana en dichos contextos". 

Ahora bien, con el tiempo el estudio del hombre (como entidad o especie y no como género) me llevó a mirarlo primero en soledad y luego de manera relacional, lo que creo que es una consecuencia inevitable, y comencé a estudiarlo entonces en parejas para analizar sus interrelaciones y codependencias.

-¿Recuerda la primera vez que se enfrentó a una modelo desnuda?
-Fue a mis trece años en el taller de escultura de Lucie Sentjens, en la Academia de artes de Ixelles, en Bruselas (Bélgica). 


"Me dio mucha pena y fue muy difícil mirarla y a la vez disimular la vergüenza que sentía delante de mis compañeros de clase, todos adultos, de la academia nocturna". 

No puedo decir que la experiencia hubiera tenido algún componente erótico porque a esa  edad, el tema no había cruzado jamás mi mente (en serio, yo era un niño raro). La misión consistía en hacer una escultura (yo sabía hacer eso) igual a lo que veía (eso no lo sabía hacer, porque siempre lo había hecho con dibujos de libros de anatomía o de imaginación) y el hecho de mirar a alguien desnudo me incomodaba por pudor sociocultural más que nada. Este tipo de ejercicios se repitió cientos de veces a partir de ese día en la academia, hasta convertirse en algo tan natural para mí como comer paquetitos de comida chatarra en los descansos, al punto que aprendí a relacionarme con mis modelos de la misma forma que con las demás personas, sin considerar que estuvieran vestidos o no. Lo que hizo que la dimensión “erógena” del desnudo nunca hiciera parte de mi sentir a la hora de trabajar el cuerpo humano.

-¿Pero trabaja sólo con modelo en vivo o también usa fotos?
-Trabajo tanto como me es posible con modelos en vivo, y cuando por comodidad y tiempos no es posible, trabajo a partir de fotografías que yo mismo tomo con mis modelos, por lo general. Ha habido casos en los que una u otra imagen de internet me ha seducido, y entonces he contactado al autor para solicitar su permiso para trabajar a partir de ella o lo he hecho homenajeando al fotógrafo/musa, o cuando contactarlo no fuese posible, he hecho sesiones fotográficas tratando de reproducir lo que me sedujo de dicha imagen para poder pintarlo. Ahora, justamente por lo del tema del erotismo, he estado buscando personas dispuestas a ofrecer sus fotografías “selfies” hechas por ellos mismos para retomarlas en pintura, estudiando el tema de la concepción que cada quien tiene del erotismo y sus fronteras.


-¿Dónde estará el límite entre lo erótico y lo pornográfico?
-Otra vez; es una frontera que depende del observador. Cada quien define los límites que configuran ambos terrenos de maneras diferentes y por medio de  criterios totalmente propios. Recientemente (en los últimos seis o siete años) he querido explorar un poco esta frontera, dado que ha sido frecuente que la gente, como tú, me pregunte sobre el erotismo en mi trabajo. Una respuesta fácil sería que la diferencia radica  en el nivel de exposición, es decir que lo erótico sería aquello que de una u otra forma se sugiere o se insinúa mientras que lo pornográfico se exhibe de manera explícita. Pero de ser así de simple el problema, inmediatamente esto pondría toda forma de desnudo dentro de la categoría de lo pornográfico y daría la razón a filosofías radicales como algunos islámicos cuando claman que la mujer debería permanecer con el rostro y el cabello cubiertos en presencia de los hombres porque si no serían vulgares (pornográficas).




-También hay quienes esgrimen el argumento que la diferencia radica en el buen gusto y criterio estético o artístico…
-Suponen tras esa declaración que lo erótico y lo sensual requieren de “buen gusto” y que en oposición lo pornográfico no, y sin embargo dentro de la industria de la pornografía es innegable que existen grandes cantidades de imágenes y escenas de gran calidad y gusto estético, y que también hay intenciones sensuales o eróticas en la forma de expresarse, moverse, insinuarse o vestirse de algunas personas, que realmente caen en una profunda vulgaridad a pesar de la intensión sensual. Personalmente no tengo todavía ni la sombra de una respuesta que me parezca medianamente satisfactoria al respecto. 


"Afortunadamente la función del artista no es la de encontrar u ofrecer respuestas sino de hacer un énfasis en la relevancia de una pregunta, o de inspirar una reflexión con respecto a un tema, y este, el de la frontera del erotismo es justamente uno de los que estoy estudiando actualmente con el mayor interés". 

Sobre el pintor:

Alfredo Araújo Santoyo nació el 6 de noviembre de 1972 en Colombia. Está radicado hace veinte años en la ciudad de Bogotá. Es maestro de Bellas Artes egresado de la Académie Royale De Beaux Arts de Bruxelles. 






Su trabajo puede verse en su cuenta oficial de Facebook: https://www.facebook.com/araujosantoyo y en las siguientes páginas web: 



Sus gustos:

Un libro: “La divina comedia” de Danta Alighieri
Un grupo de música o un solista: Las rapsodias de Sergei Rachmaninoff
Un disco: “Khenatten” de Philip Glass
Una película: “What dreams may come” (Más allá de los sueños, de Vincent Ward)
Un hobby: la carpintería 

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