El pintor realista argentino, en exclusiva para el blog, se refirió a sus inicios y sus influencias. "Hace poco me arriesgue a dejar todo por la pintura y las puertas se han ido abriendo", dice.
Por Lic. Camila Reveco
camilareveco.mza@gmail.com
Argentina
"Desde chico siempre dibuje a "Mafalda". Quino me presento el dibujo en todos los aspectos. "Asterix" también fue parte fundamental de mi crecimiento. Las producciones de Disney me acercaron al color con “La noche de las narices frías” o “La dama y el vagabundo “. Mis viejos siempre me incentivaron y recuerdo que mi tío paterno tenía facilidad para el dibujo".
Son las palabras del joven pintor argentino, Hernán Javier Muñoz, nacido el 5 de abril de 1983 en la Provincia de Buenos Aires y que trabaja desde su taller, ubicado en el barrio Mataderos de Capital Federal. Muñoz egresó de la Escuela de Arte "Rogelio Yriurta" y es Profesor de artes plásticas, tal como indica en su web.
Un artista figurativo de poca producción, pero interesado en lograr la máxima calidad posible en cada trabajo. No hace mucho decidió dedicarse de lleno a pintar y la decisión le generó algunas dudas e incertidumbres: "El tema es que es muy difícil comprender que se puede vivir del arte, ni yo me lo creía, hasta que hace poco me arriesgue a dejar todo por la pintura y las puertas se han ido abriendo", observa.
Sobre su formación, sostiene: "Mi etapa de formación no tiene fin porque soy autodidacta por naturaleza. Nunca estoy conforme y siempre siento que me falta conocimiento. En mi camino como pintor me encontré con los antiguos Maestros a través de libros y visitas al Museo de Bellas Artes y por otro lado mis trabajos me acercaron a artistas con los que compartimos esta pasión".
En su obra la belleza femenina ocupa un lugar de privilegio. Cierto clima de ensoñación y fantasía, y un espíritu de reconciliación y serenidad, se percibe en sus telas. Por eso, y como lo catalogan en otros sitios de arte, su trabajo puede ser parte de lo que se llama "realismo fantástico" o "mágico".
El artista, a través del lenguaje claro y preciso que ofrece el realismo como estilo pictórico, va más allá y su imaginación le permite rodear a sus modelos con manzanas, instrumentos musicales, aves y óleos. Alrededor de ellas hay aire, espacio y ritmo.
"Mi manera de aprender -explica Muñoz- es acercándome a las obras de los Maestros y jugar a que desarmo sus paletas, tratando, con la intuición, de llegar a comprender las mismas pero con mis propias herramientas. Es un camino difícil pero divertido. Es creer que, guiándome con mi corazón, puedo hacer una obra de arte".
-¿Influencias directas? -"Hay varios maestros que mantengo en el subconsciente -confiesa- por nombrar sólo algunos: Bouguereau, Dalí, Rembrandt, Caravaggio, Velazquez o Rivera".
Hernán Javier Muñoz forma parte de la nueva camada de creadores latinoamericanos que llenan de impulso y vitalidad al realismo. En este contexto en donde reina la improvisación y falta de rigor absoluto, se necesitan de muchos otros artistas que como él, se aferren a la pintura.
Son las palabras del joven pintor argentino, Hernán Javier Muñoz, nacido el 5 de abril de 1983 en la Provincia de Buenos Aires y que trabaja desde su taller, ubicado en el barrio Mataderos de Capital Federal. Muñoz egresó de la Escuela de Arte "Rogelio Yriurta" y es Profesor de artes plásticas, tal como indica en su web.
Un artista figurativo de poca producción, pero interesado en lograr la máxima calidad posible en cada trabajo. No hace mucho decidió dedicarse de lleno a pintar y la decisión le generó algunas dudas e incertidumbres: "El tema es que es muy difícil comprender que se puede vivir del arte, ni yo me lo creía, hasta que hace poco me arriesgue a dejar todo por la pintura y las puertas se han ido abriendo", observa.
Sobre su formación, sostiene: "Mi etapa de formación no tiene fin porque soy autodidacta por naturaleza. Nunca estoy conforme y siempre siento que me falta conocimiento. En mi camino como pintor me encontré con los antiguos Maestros a través de libros y visitas al Museo de Bellas Artes y por otro lado mis trabajos me acercaron a artistas con los que compartimos esta pasión".
En su obra la belleza femenina ocupa un lugar de privilegio. Cierto clima de ensoñación y fantasía, y un espíritu de reconciliación y serenidad, se percibe en sus telas. Por eso, y como lo catalogan en otros sitios de arte, su trabajo puede ser parte de lo que se llama "realismo fantástico" o "mágico".
El artista, a través del lenguaje claro y preciso que ofrece el realismo como estilo pictórico, va más allá y su imaginación le permite rodear a sus modelos con manzanas, instrumentos musicales, aves y óleos. Alrededor de ellas hay aire, espacio y ritmo.
"Mi manera de aprender -explica Muñoz- es acercándome a las obras de los Maestros y jugar a que desarmo sus paletas, tratando, con la intuición, de llegar a comprender las mismas pero con mis propias herramientas. Es un camino difícil pero divertido. Es creer que, guiándome con mi corazón, puedo hacer una obra de arte".
-¿Influencias directas? -"Hay varios maestros que mantengo en el subconsciente -confiesa- por nombrar sólo algunos: Bouguereau, Dalí, Rembrandt, Caravaggio, Velazquez o Rivera".
Hernán Javier Muñoz forma parte de la nueva camada de creadores latinoamericanos que llenan de impulso y vitalidad al realismo. En este contexto en donde reina la improvisación y falta de rigor absoluto, se necesitan de muchos otros artistas que como él, se aferren a la pintura.